Elaborado de forma artesanal con leche cruda de oveja manchega, 1605 es el único queso español en la lista publicada por la prestigiosa revista, máximo referente entre los medios de comunicación y la sociedad estadounidenses
La revista The New York Magazine acaba de publicar en su número de marzo una lista con los 50 mejores quesos que se pueden encontrar en el mercado estadounidense. Entre ellos se sitúa el Queso Manchego Artesano 1605, el único queso español que ha merecido un hueco en la selección realizada por Robin Raisfiels y Rob Patronite, los críticos gastronómicos de esta prestigiosa revista que marca tendencia en Estados Unidos. Esta mención supone un importante reconocimiento para un producto que se encuentra ya entre los mejor valorados por los Cheesemongers (maestros especialistas en queso) del país y que recientemente ha triunfado también en Inglaterra al obtener una medalla de plata en el concurso internacional World Cheese Awards.
Ubicada en la provincia de Ciudad Real, Quesería 1605 trabaja desde hace tres años con una de las distribuidoras más exigente y exclusivas de Estado Unidos. Una firma que selecciona sólo cuatro quesos de todo el mundo (mediante análisis sensorial y visitas periódicas a las queserías para seleccionar lotes específicos) para introducirlos en los establecimientos más selectos de Norteamérica. Además de en el mercado estadounidense, Queso Manchego 1605 está presente en los principales mercados de queso del mundo, entre ellos el mercado francés.
Elaborado con leche cruda de oveja manchega de ganadería propia y a partir de cuajo natural de cordero lechal, el Queso Manchego Artesano 1605 es un queso selecto de categoría Fermier (la más valorada por el público experto y gourmet) que destaca por su elegancia en boca, su carácter afrutado y su sabor intenso y persistente. El curado, con maduración mínima de siete meses, ofrece un aroma limpio, elegante y afrutado (característico a leche de oveja evolucionada) con notas de cuero y recuerdos a frutos secos. En boca presenta una textura ligeramente crujiente junto con una agradable mantecosidad y sensación grasa, como de aceite de oliva. De sabor suave al principio (donde aparece una acidez elegante y bien conjuntada, con aromas a lana limpia y recuerdos a caramelo) deja un delicioso regusto a frutos secos y un picante sutil y delicado que se acentúa con el tiempo.